Si tu hijo tiene fiebre, lo normal es que te angusties. Ya sabemos que una fiebre puede ser una señal de alerta porque se cree que una temperatura corporal mayor que la habitual estimula el sistema inmunológico y mata agentes infecciosos. Es decir, el cuerpo de tu pequeño, está trabajando para defenderse de alguna enfermedad viral o infecciosa.
Sin embargo, si la fiebre no viene acompañada con otro síntoma (vómito, diarrea, etc), no es tan alta y es de noche, día feriado o tu pediatra está de viaje, puedes apelar a estos trucos para bajar la temperatura corporal de tu hijo sin salir de tu casa:
Papas: Lava y pela 1 o 2 papas. Rállalas o córtalas en rodajas muy finas. Ponla en las plantas de los pies del pequeño. Se pueden amarrar con un pañuelo o las puedes poner en sus medias (calcetines).
Brandy y agua: Diluye una pequeña taza de brandy con la misma cantidad de agua. Empapa una gasa con esa mezcla, y ponla en las plantas de los pies del niño. Puedes ponerlo en sus medias o calcetines.
Té herbal antipirético: agrega 1 cucharadita de la hierba deshidratada (Albahaca sagrada, corteza de sauce blanco, menta o hierbabuena, caléndula, jengibre, orégano o tomillo), por cada taza de agua hervida. Deja reposar 5 minutos y agrega limón y miel.
Medias húmedas: Si no tienes brandy ni papas en ese momento, también puedes usar un par de medias de algodón, suficientemente largas como para que cubran los tobillos del pequeño. Mójalos bien con agua corriente fría. Escurre el exceso de agua y pónselas, y encima, colócale otros calcetines de lana para que se aíslen térmicamente. Recuéstalo el resto de la noche y cúbrelo con una manta.
Paños fríos: Extrae el calor del cuerpo de tu hijo, colocándole un paño frío y húmedo en la frente, cuello, muñecas o tobillos, mientras él descansa. Humedece la toalla de nuevo, cuando se haya secado o ya no esté tan fría.
Baño de tina: Baña al niño con agua tibia. A medida que el agua se evapora de su piel, se enfriará y le bajará la fiebre.
Hidratación: Dale a tu hijo abundantes líquidos (agua, sopa, té, etc), y alimentos refrigerados como paletas de helado o yogurt, para ayudar a enfriar el cuerpo de adentro hacia afuera y mantenerlo hidratado.
Reducción de las cantidades de comida: Como lo ideal es guardar la energía del cuerpo para controlar el factor causante de la fiebre, conviene comer poco y optar por frutas como las bayas, la patilla, la naranja o el melón, ricas en vitamina C y agua. Asegúrate de incluir una fuente de proteína de fácil digestión como los huevos revueltos o el pollo. Evita los lácteos.
Ventilación: Procura mantener la habitación donde se encuentre el pequeño, con suficiente circulación de aire. Puedes apoyarte con un ventilador, pero en un nivel bajo porque el propósito no es que tu hijo se enfríe, sino que el aire circule.
Elimina el exceso de ropa: Procura tu hijo pueda perder calor más fácilmente, liberándolo del exceso de ropa. No hace falta que esté muy abrigado; con una prenda sencilla o una manta ligera basta para que su temperatura vaya en descenso.
Recuerda que estos consejos aplican cuando la fiebre no es muy alta y viene sin otros síntomas. En caso de que el niño sea menor de 3 meses, debes llamar a tu médico de inmediato.