Gemma Walker es una australiana de 22 años que, a los 14, fue diagnosticada con anorexia nerviosa y la bulimia. Hace 7 meses, después de escuchar a los médicos que tendría tan sólo 48 horas de vida.
Sus tratamientos se intensifican y hoy, 40 kilos más gorda, el cambio en su vida, es impresionante. Además del cuerpo sano, la joven dice estar definitivamente libre de los trastornos alimentarios.
Diagnosticada con las dos enfermedades durante la adolescencia, Gemma llegó a pesar 25 kilos en su peor crisis. Durante los siete años en los que convivió con los trastornos, ella ha pasado por varios tratamientos, incluyendo tres estancias, una de emergencia y las otras dos para los tratamientos alimenticios y psiquiátricos.
Aún así, la australiana no podía mantenerse recuperada por mucho tiempo. Para engañar a los médicos, ella llegó a vestir ropa de gimnasia debajo de la ropa normal para convencerlos de que estaba engordando. En otros momentos, para hacer frente a los trastornos emocionales que las enfermedades que causan, la joven se mutilaba, cortando partes de su cuerpo.
Fue en agosto de 2015, cuando oyó de un médico que moriría en 48 horas en caso de un tratamiento drástico no fuera iniciado, que ella consiguió definitivamente recuperarse.
De acuerdo con el padre de la australiana, en una entrevista al sitio web de noticias británico Mirror, los últimos años han sido los más terribles de la familia, ya que todos los días teníamos que comprobar si Gemma todavía estaba respirando o con el corazón palpitante.
«Algunas noches nos sentábamos al lado de la cama solo para poder estar un rato con ella. No había nada más que pudiéramos hacer», recuerda.
Tratamiento
La recuperación, como cuenta la joven, también fue traumática. Durante el tratamiento Gemma dice que seguía sufriendo. Esto porque, además de tener que ingerir cantidades absurdas de calorías en poco tiempo (más de 6 mil en 20 minutos, por ejemplo), ella todavía sufría de alucinaciones y, después, pasó a tener atracones de comida.
En seis meses, la australiana ha ganado más de 40 kilos, casi triplicando su peso corporal. Hoy en día, la joven dice estar completamente recuperada y comenta que la alegría de sentirse así, es indescriptible.
«Nunca he sido tan feliz como ahora, es una sensación increíble, surrealista. Creo que me he recuperado totalmente y que la anorexia es sólo un capítulo enorme de mi vida que fue encerrado».