Crecer es parte de la vida, así como lo es encontrar el amor, unir nuestra vida a esa persona especial, superar juntos todos los obstáculos y convertirnos en padres. Pero hay algo que muchas personas aún no alcanzan a comprender, sobre todo las mujeres que han tenido la dicha de convertirse en madre.
Por supuesto que mi intención no es atacar a nadie ni criticar, pero centrar nuestra vida en los hijos es un error que se comete con mucha frecuencia.
No vivas sólo por tus hijos, existen miles de razones para estar vivos. Toma en cuenta que así como tú decidiste dejar el hogar donde creciste para buscar tu libertad, ellos también lo harán en su momento; y si haces a un lado tus sueños y los de tu pareja por ayudarlos, el tiempo te cobrará la factura.
La maternidad no está peleada con el desarrollo personal; no es necesario abandonarse ni rechazar a la pareja por los hijos. Piénsalo dos veces, y si tras el divorcio te parece que lo único que tiene sentido es seguir luchando por tus hijos, te aconsejo que pongas especial atención a estos puntos:
1. Los hijos son prestados.
Los hijos no son una extensión de su padre o de su madre, son seres independientes; necesitan amor, cuidados y educación cuando son pequeños, pero poco a poco van aprendiendo que son capaces de tomar sus propias decisiones y de una manera bella van descubriendo su propio camino. Es hermoso y satisfactorio ver a los hijos librar sus propias batallas y ver cómo han tomado lo mejor de nuestras enseñanzas para, tarde o temprano, volar del nido y construir el suyo.
No creas que eres dueña de tus hijos ni confundas su independencia con ingratitud, porque tienen derecho de hacer su propia vida, así como tú de encontrar el amor de una pareja. Por ello te aconsejo que no abandones tu esencia como mujer, sobre todo si eres madre soltera o divorciada. No es egoísta querer encontrar el amor y la felicidad de manera personal, acepta y abraza tus ganas de sentirte valorada y deseada.
2. El matrimonio es la base de la familia.
Antes de haber comenzado tu papel como madre eres esposa y mujer. ¿recuerdas aquello que te unió a tu pareja? ¿cómo olvidar los sagrados votos del matrimonio? Los hijos son una consecuencia de ese lazo, son el fruto de su amor y de esa promesa que hicieron ante el mundo y ante dios, y no deben ser impedimento para respetarse como pareja. Criarlos es tarea de ambos padres, es trabajo en equipo, ya que un matrimonio construido con los pilares de la confianza, el amor, la paciencia y el respeto, resistirá cualquier adversidad.
No descuides tu matrimonio por centrar tu vida en tus hijos, el equilibrio es la mejor arma para superar cualquier obstáculo.
3. Tener tiempo para ti no es egoísmo.
¿por qué hay mujeres que niegan tener necesidades? No sólo los hijos necesitan amor, comprensión, protección, tiempo y diversión. Esto es algo que todo ser humano requiere para vivir feliz y lleno de armonía. No dediques todo tu día o tu rutina para que tu hijo tenga todo, a veces servirles la vida en “bandeja de plata” es más dañino que dejarlos cometer sus propios errores.
Es válido pedir ayuda, escapar un rato de la rutina y dejar la casa un poquito sucia; descansa un rato, haz ejercicio, lee un libro o retoma alguna actividad que te apasione, no importa si la realizas en casa; toma la decisión de no abandonarte por nadie.
4. Enfrentar el nido vacío.
Cuando el nido esté vacío ¿qué vas a hacer? Es lamentable ver a madres que han dedicado a los hijos su vida entera, su energía, su juventud y su fuerza, descuidando su cuerpo, su imagen, sus necesidades de amor, de superación personal y su matrimonio. Claro que tus hijos necesitan de ti, pero no olvides que también tu esposo así como tú de él. Finalmente, cuando todos los hijos realicen sus sueños, tú y tu compañero se enfrentarán a una nueva etapa en la que es esencial que estén bien como pareja.
5. Ellos encontrarán su propio camino.
Se supone que ya has hallado tu camino, con tu pareja, tu vida laboral o como ama de casa; tus hijos son parte de ese camino pero no son el centro del universo. Recuerda que ellos se irán también, encontrarán su pasión, el amor, su propia razón para vivir y tratarán de alcanzar sus sueños. ¿por qué abandonas los tuyos?
6. Abandonar tus sueños te creará frustraciones.
Cada persona tiene derecho de hacer lo que le parezca mejor en su vida; si tu felicidad está en tus hijos es una decisión que nadie puede cuestionar, pero considera que los sacrificios que hagas hoy tendrán consecuencias por el resto de tu vida.
He conocido a muchas mujeres que dejaron atrás su preparación universitaria o sus metas profesionales por dedicarse de lleno a sus hijos y ahora, aunque no se arrepienten, se notan frustradas y con ganas de retomar esos proyectos que dejaron a un lado pensando “pude haberlo hecho diferente…”.
Vive tu presente sin dejar de lado tus sueños, la maternidad es una experiencia única que puede resultar agotadoramente bella, pero siempre procurando equilibrar ambos aspectos. No vivas sólo por y para tus hijos.