Todos tenemos probablemente un trabajo ideal con el que soñamos desde que somos pequeños. Algunos habrán cumplido ese sueño, para muchos otros la vida se desarrolló de diferente manera.
Y de hecho para muchos su trabajo solo cumple una función: la de poder pagar todas las facturas a final de mes. Encontrar un trabajo que adores y ames, está al alcance de pocos, y Kimber Bermúdez es una de esas personas privilegiadas.
Cuando comenzó a hablar con un pasajero sentado a su lado en un vuelo de Chicago a Florida, no pensaba mucho en su trabajo.
Pero este vecino de asiento era muy hablador y le preguntó a Kimber por su trabajo y entonces ésta comenzó a contarle cosas sobre ese trabajo que le gustaba tanto. Kimber es una profesora apasionada que adora su trabajo.
Y naturalmente se lo comentó al hombre que estaba sentada a su lado en el avión, mientras hablaban durante el vuelo.
Comenzaron a profundizar sobre el trabajo pedagógico y el hombre le preguntó a Kimber cuál era el mayor desafío que encontraba en la enseñanza. Y Kimber, que siempre ha sido muy social y abierta, no se calló.
Ella confesó que su trabajo en una escuela de bajos ingresos podría ser complicado. Le habló sobre las duras condiciones de muchos niños que venían de situaciones terribles.
Y mantenía el convencimiento de tratar de darles a esos alumnos todo lo que pudiera. Y esperaba que el año 2018 fuera el año en el que sus estudiantes pudieran venir a la escuela sin hambre.
El agradable hombre le pidió después sus contactos. Le contó que trabajaba en una empresa que muy a menudo donaba a escuelas como en la trabajaba Kimber.
Kimber no esperaba realmente nada, pero le dió al hombre el correo electrónico del departamento administrativo de la escuela. E inmediatamente después pasó algo increíble…
Y así escribe Kimber:
”De repente, alguien me tocó en el hombro. Era el hombre que se sentaba detrás de mí. Me giré. Me pidió disculpas por haber escuchado mi conversación y me dio un montón de dinero. Y dijo que “hiciera algo fantástico con el dinero” y después se recostó nuevamente en el asiento. Estaba absolutamente perpleja por haber conmovido a un completo extraño. Me di cuenta de que me había dado al menos 100 dólares y me puse a llorar.
Le di las gracias y le comenté que este dinero lo utilizaría para comprar libros a los estudiantes. Todo el dinero iría para los chicos. No había contado el dinero que me había dado el hombre, pero luego me di cuenta de que me había dado 500 dólares”.
Pero este conmovedor gesto no terminó aquí.
Cuando el avión aterrizó ocurrió algo más que llenó de esperanza el corazón de Kimber.
”El avión había aterrizado y el hombre que se sentaba frente a mí me dijo que él también había oído la conversación. Me comentó que no tenía mucho dinero para darme pero me entregó 22 dólares. Y comencé a llorar de nuevo. Les dije a todos estos hombres que iba a hacer un trabajo fantástico con los chicos.
Cuando hablé de mi trabajo no hablé nunca de dinero. Mi única intención era contar los desafíos que tenía en mi trabajo. Pero espero que esta publicación continúe con una cadena de reacciones solidarias en la que las personas ayuden a otras en situación de urgente necesidad, especialmente a los niños más necesitados. Y no tiene que ser solamente en una escuela en Chicago. ¡Todos pueden ayudar!
Mi corazón está lleno de sorpresa y agradecimiento ahora mismo. Cuando el mundo parece que está desquiciado, siempre aparecen buenas personas. Yo voy a hacer todo lo que esté en mi mano por mis alumnos, y les agradezco enormemente a estos desconocidos su generosidad. No sé el nombre del hombre que me entregó 500 dólares, ni el nombre de los demás generosos desconocidos, pero merecen un reconocimiento.
Estoy agradecida por la buena gente que hay en el mundo. Ningún niño debería padecer hambre o condiciones insalubres. Esta experiencia me anima para hacer más cosas por los niños y a utilizar mi talento para influenciar en la gente para que ayuden a los más necesitados. ¡Por eso quiero contar esta historia y agradecer a estos desconocidos por sus maravillosos corazones solidarios!
Kimber Bermúdez
Asiento 14C
10 julio 2018
Los maestros son realmente un regalo para nuestros hijos. Y son siempre los más apasionados los que dejan la impresión más duradera en los más pequeños.
Gracias, Kimber, por compartir esta preciosa historia con nosotros. Nos recuerda que hay una gran cantidad de buena gente en el mundo.
Tras la publicación de su historia, miles de personas se han puesto en contacto con Kimber para donar dinero y ayudar.
Se suele decir: El maestro mediocre, cuenta, el buen maestro, explica, un maestro de calidad, demuestra y el maestro perfecto, inspira. ¡Yo sé a que categoría pertenece Kimber!
¡Comparte su historia si tú también quieres difundir un poco de inspiración. Todos podemos de este mundo un lugar mejor!